Breve análisis del Phablet LG G Flex

El LG G Flex es ciertamente algo más que un interesante estudio del fabricante surkoreano. El phablet con display curvo causaría una impresión realmente buena si el fabricante no hubiera cometido ciertos errores. Es genial poder llevarlo en tu bolsillo trasero sin miedo a sentarte en él. Pero ¿por qué no protegieron el display con un vidrio a prueba de arañazos cuando la cubierta trasera puede incluso repararse a sí misma hasta cierto punto? El display HD tampoco es suficiente para la gama alta, y el permanente ruido de imagen así como los efectos de sombra son otros problemas del panel POLED. Parece que sólo esto último fue un problema de la anteriormente analizada unidad de preproducción. El ruido de imagen sigue siendo un problema visible con el dispositivo final, especialmente con el brillo del display reducido.

La forma curva es bastante atractiva y muy llamativa. El veloz procesador y la buena cámara complementan el buen paquete. También encontramos muchas características del LG G2 en el Flex que mejoran mucho la experiencia. Es sencillamente cómodo agarrar el dispositivo contra la mejilla para aceptar una llamada. Es, empero, molesto que algunas configuraciones se restauren tras cada reinicio. Está por verse si eso también es un problema de la unidad de preproducción.

Un precio de casi 800 Euros es ciertamente demasiado para el Flex. Otros phablets no son peores, sino mucho más baratos. La unidad de pruebas no tiene una característica única salvo por su forma curva y las ventajas correspondientes. Esto, en nuestra opinión, no justifica el sobreprecio adicional, pero el G Flex sigue siendo un buen smartphone. El concepto tiene potencial para lograr una valoración muy buena si la tecnología del display estuviera libre de problemas.