éxito 80 años después: reforestación con impacto mensurable

En la década de 1930, una pronunciada sequía en el Medio Oeste de EEUU coincidió con los graves cambios medioambientales de las décadas anteriores. La deforestación masiva, la erradicación de enormes poblaciones de bisontes y la agricultura intensiva para el cultivo de trigo dieron un nuevo apodo a las Grandes Llanuras.

La zona, antes fértil y completamente transformada por las sequías y las tormentas de polvo, recibió el nombre de "Dust Bowl" (cuenco de polvo). Al mismo tiempo, se reconocieron rápidamente las causas y se fundó una autoridad independiente en la misma década.

Inmediatamente comenzó a hacer lo evidente. No sólo en las Grandes Llanuras se creó una franja verde de casi 100 millas de ancho para protegerlas de la erosión. Se plantaron cientos de millones de árboles y se reforestaron franjas enteras de tierra en todo el este de EE.UU., que estaba cubierto de bosques en casi un 90% antes de la colonización europea.

Las condiciones son perfectas para estudiar las consecuencias de una restauración forestal extensiva. Mientras que en el este han crecido muchos bosques nuevos, éstos faltan en la parte occidental de EEUU.

Los investigadores que ahora han publicado sus resultados han podido basarse en datos meteorológicos fiables de todo EE.UU. que abarcan más de 100 años. No hay muchas regiones en el mundo donde esto sea posible.

Los resultados muestran que la temperatura media en el Este se ha mantenido prácticamente igual a pesar del cambio climático. En las zonas con una elevada tasa de forestación, la temperatura media incluso ha descendido ligeramente en una amplia zona. En cambio, en el oeste de EE.UU. se ha producido un aumento significativo de la temperatura en casi todas partes.

Las diferencias son aún mayores si se consideran las zonas próximas a los bosques de nueva creación. La temperatura media anual es de 1 a 3 grados inferior al valor que prevalecía antes de la plantación.

En las horas punta, es decir, durante las rachas de calor en torno al mediodía, la diferencia llega a ser de 7 grados. El estudio muestra lo fuerte que puede ser el efecto de enfriamiento en las ciudades cercanas, por ejemplo, si se plantan árboles a gran escala.

Y actualmente faltan bastantes. Según las fuentes, es necesario plantar cientos de miles de millones o incluso un billón de árboles nuevos en todo el mundo. Y sin embargo, sólo serían una pieza del rompecabezas para mitigar o incluso detener los efectos del aumento y la subida de las temperaturas.

Los éxitos, como también podemos ver, serán perceptibles y medibles dentro de 50 o 60 años. En cualquier caso, ya es hora de empezar.