El hombre del tiempo de la IA: más preciso, más rápido, más opaco

Una instantánea compuesta por innumerables mediciones de temperatura, velocidad del viento, presión atmosférica y humedad. Además, una fina cuadrícula que abarca todo un continente en tres dimensiones.

A partir de una base de datos tan gigantesca, un superordenador con acceso a millones de núcleos de cálculo calcula la previsión meteorológica para los próximos días mediante sistemas de ecuaciones bien estudiados.

Esto requiere una enorme cantidad de electricidad y tarda varias horas a pesar de la impresionante potencia de cálculo. Y al final, sólo hay una previsión meteorológica, que es muy precisa, pero no necesariamente correcta. Hay que señalar, sin embargo, que las grandes tendencias, como las olas de calor o las tormentas, pueden preverse con mayor fiabilidad que el tiempo local en un lugar concreto.

El Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo (ECMWF) ha introducido ahora un interesante atajo para obtener una perspectiva comparativamente buena de nuestro tiempo.

Para ello, se ha entrenado una IA con datos meteorológicos europeos de los últimos 40 años. El resultado es un conjunto de algoritmos comparativamente magros que calculan previsiones asombrosamente precisas.

Según los implicados del ECMWF, la fiabilidad de las previsiones está a la altura de los modelos meteorológicos que se utilizan actualmente. Sin embargo, se requiere tan poca capacidad de cálculo que se pueden crear en un simple PC para uso doméstico.

El cambio climático vuelve a complicar las cosas

Se necesitaron cuatro semanas de entrenamiento de la IA para producir este modelo impresionantemente rápido. El resultado es fascinante, aunque los propios investigadores admitan que aún no son capaces de entender del todo cómo funciona su inteligencia artificial cuando se trata de predecir el tiempo. Por supuesto, esto no resta mérito al éxito.

En el mejor de los casos, esto dará lugar a previsiones más rápidas que también serán más precisas para regiones más limitadas y no requerirán capacidades informáticas gigantescas.

Sin embargo, es probable que el sistema no pueda sustituir de momento el trabajo de los meteorólogos. Dado que el tiempo ha cambiado significativamente en los últimos 40 años (palabra clave: cambio climático), también habrá que tener en cuenta ciertas tendencias y efectos de retroalimentación para que las previsiones sigan siendo fiables.

En cualquier caso, la IA puede servir de apoyo porque produce resultados cien veces más rápidos y ayuda así a crear previsiones a largo plazo para el futuro, que de otro modo tardarían demasiado en calcularse. Lo único que queda por entender es por qué el cálculo es tan rápido.