El nuevo motor de plasma de Rosatom podría reducir el tiempo de viaje a Marte a 60 días

La Corporación Estatal de Energía Atómica de Rusia (Rosatom) ha presentado un prototipo de laboratorio de un motor cohete eléctrico de plasma que supone un gran avance en la propulsión de naves espaciales. Desarrollado en el marco del amplio programa de investigación nuclear de Rusia, el nuevo motor proporciona al menos seis newtons de empuje y ostenta un impulso específico de unos 100 kilómetros por segundo (62 millas por segundo).

Funcionando en modo pulso-periódico, el motor mantiene una potencia media de unos 300 kilovatios. Según Alexey Voronov, Primer Director General Adjunto de Ciencia del Instituto de Investigación Rosatom de Troitsk, esta tecnología podría reducir drásticamente los tiempos de viaje de las misiones a Marte -del viaje actual de un año a entre 30 y 60 días- lo que, a su vez, reduciría la exposición de los astronautas a la radiación cósmica.

En el corazón de esta innovación se encuentra un acelerador de plasma magnético que acelera las partículas cargadas a unos 100 km/s (62 millas/s) -piénselo como si dejara en el polvo las velocidades de 4,5 km/s (2,8 millas/s) de los cohetes químicos tradicionales. El investigador junior Egor Biriulin explica que el motor crea empuje a través de un sistema de propulsión eléctrica que cuenta con dos electrodos. Cuando se aplica un alto voltaje, estas partículas cargadas azotan un campo magnético que propulsa el motor hacia delante.

Las pruebas se realizarán en unas instalaciones de última generación en Troitsk, equipadas con una cámara de vacío de cuatro metros de ancho y 14 metros de largo que cuenta con bombas de vacío de alto rendimiento y un eficaz equipo de eliminación de calor para imitar las condiciones del espacio profundo.

Una ventaja clave de este motor de plasma es su gran eficacia: el plasma no requiere un calentamiento intensivo, lo que evita el sobrecalentamiento de los componentes del motor. Aunque es probable que los cohetes químicos convencionales sigan encargándose del despegue hacia la órbita, este motor de plasma podría tomar las riendas de los viajes interplanetarios, llegando a actuar como el principal sistema de propulsión de los futuros remolcadores espaciales que transporten carga entre planetas.