La mayor fortaleza del MSI GS75 es también responsable de su mayor debilidad

CPU Core i9-10980HK de octa-núcleo desbloqueado, gráficos GeForce RTX 2080 Super Max-Q, pantalla de 300 Hz y 32 GB de RAM actualizable: estas impresionantes especificaciones se leen como si pertenecieran a un voluminoso portátil para juegos que vale su peso en oro. Sin embargo, MSI es capaz de ofrecer todo lo anterior en un portátil de juegos ultrafino de 17,3 pulgadas que es varios cientos de gramos más ligero que la mayoría de los demás de su categoría.

Como se explica en nuestro análisis, el MSI GS75 destaca por tener un nivel de rendimiento extremo en relación con su peso de 2,3 kg. Alternativas competitivas como el Alienware m17, Razer Blade Pro, Asus Zephyrus GX701, o el Lenovo Legion Y740-17 pesarían 2,6 kg, 2,7 kg, 2,7 kg y 3 kg, respectivamente, para ser notablemente más pesado que el sistema de MSI. Elogiamos a MSI por embutir tales procesadores de alta gama en un diseño ligero y luego hacer funcionar dichos procesadores a velocidades de reloj decentes nada menos.

Desafortunadamente, ser mucho más ligero y pequeño que la competencia sin sacrificar el rendimiento tiene su efecto en otras características del sistema. A saber, el chasis o esqueleto del GS75 es notablemente más fácil de deformar, doblar, torcer o dañar en comparación con otros portátiles para juegos de 17,3 pulgadas. Incluso podemos oír un poco de chirrido al girar la base o la tapa con una presión moderada. La menor rigidez del chasis da una mala primera impresión en relación con los sistemas de juego más rígidos de Razer o Dell.

Para el crédito de MSI, probablemente son conscientes de los beneficios del diseño y las compensaciones del GS75. La antigua GS65 de 15,6 pulgadas, por ejemplo, también fue criticada por sus primeras impresiones más débiles, lo que llevó a la nueva y rediseñada GS66 a ser ligeramente más grande y más pesada para aumentar la rigidez del chasis. Es un camino potencial que el futuro "GS76" también puede seguir.