La prohibición de los motores de combustión es ampliamente criticada a pesar de los impresionantes éxitos en la reducción de emisiones

A pesar del escepticismo que rodea a los vehículos eléctricos, las investigaciones parecen apuntar a que los VE son una pieza clave para reducir nuestro efecto global sobre el cambio climático. Con las prohibiciones de los motores de combustión cada vez más comunes - la UE planea prohibir los coches diésel y de gasolina para 2035, y EE.UU. tiene ambiciones de pasar a una mayoría de VE hasta 2030- se ha convertido en un tema candente para mucha gente, y el sentimiento no siempre es positivo.

Un estudio de encargado por la Campaña de Ciudades Limpiaspublicado con el título (E)Mission Zero, concluyó que la electrificación y la prohibición de los vehículos con motor de combustión en las ciudades, aunque no son una bala de plata en la lucha por reducir las emisiones y combatir el cambio climático, forman parte de una estrategia eficaz. El análisis comparó el impacto de diferentes enfoques sobre el transporte en Bruselas, el Gran Manchester, Madrid, Milán y Varsovia.

Los investigadores descubrieron que, en general, basarse en una estrategia que combina la electrificación de los vehículos públicos y privados con zonas libres de emisiones en las ciudades, producía resultados similares a los enfoques que fomentaban modos de transporte alternativos, como el transporte público ecológico, el ciclismo, los desplazamientos a pie y los patinetes y ciclomotores eléctricos, así como la reducción del transporte en general fomentando el trabajo desde casa y los días sin coche.

En algunas ciudades, como el Gran Manchester, la electrificación resultó sorprendentemente más eficaz tanto desde el punto de vista del coste per cápita como de las emisiones que el fomento de los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público.

Puede encontrar una tabla con los resultados del análisis debajo del texto de este artículo para obtener información más detallada.

Está muy bien que los datos digan que la electrificación y la prohibición de los vehículos con motor de combustión ayudarán a reducir las emisiones, pero esas políticas parecen ser algunas de las que más oposición suscitan entre los residentes de las ciudades europeas.

Un estudio de realizado por la Campaña de Ciudades Limpias que entrevistó a 15.000 residentes de Alemania, Francia y Polonia descubrió que las medidas que castigaban el uso de vehículos diésel y de gasolina no gustaban en absoluto, y que la prohibición total de los motores de combustión interna se consideraba el cambio político menos deseable en todos los ámbitos.

Resulta curioso observar que todas las políticas menos populares de la encuesta supondrían la eliminación de algo (prohibición de los coches con motor de combustión interna, aumento de los impuestos y peajes sobre los motores de combustión interna y prohibición del petróleo y el gas para la calefacción residencial), mientras que las políticas más aceptadas fueron las que supondrían la implantación de nuevas subvenciones, la ampliación de la energía verde y la inversión en transporte público.

Está claro que, a medida que los responsables políticos busquen formas de abordar mejor el cambio climático, tendrán que ser creativos con sus soluciones. Los estilos de vida y los medios de transporte se han arraigado en nuestra vida cotidiana, y parece que siempre habrá reacciones en contra cuando se trate de quitarnos esas comodidades.

Sin embargo, también hay que tener en cuenta que los resultados más satisfactorios del estudio de la Campaña de Ciudades Limpias fueron una mezcla de enfoques que aplicaron desde el aumento del transporte público hasta la electrificación y las zonas sin coches en las ciudades.

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