La tecnología Nano-MIND utiliza el magnetismo y BCIs similares a Neuralink para dirigirse a regiones cerebrales, podría conducir a nuevos tratamientos neurológicos

Científicos del Instituto de Ciencias Básicas (IBS) y de la Universidad Yonsei de Corea del Sur han desarrollado una técnica llamada Nano-MIND que utiliza campos magnéticos para controlar de forma inalámbrica zonas específicas del cerebro. Esta tecnología tiene el potencial de contribuir mucho a nuestra comprensión del cerebro y posiblemente conducir a nuevos tratamientos para trastornos neurológicos como la epilepsia.

Pasemos a la pregunta más importante: ¿cómo funciona la Nano-MIND? Sabemos que el cerebro humano es una compleja red de miles de millones de neuronas que lo controlan todo, desde nuestros pensamientos hasta nuestras emociones. La Nano-MIND utiliza diminutas partículas magnéticas que se inyectan en regiones cerebrales específicas. A continuación, estas partículas pueden activarse con campos magnéticos cuidadosamente controlados, influyendo en la actividad de esas neuronas objetivo.

Al activar selectivamente distintas regiones cerebrales, la Nano-MIND podría ayudar a los científicos a trazar un mapa de las funciones del cerebro y de cómo se relacionan con las emociones, los comportamientos y la toma de decisiones. Además, imagínese controlar dispositivos directamente con sus pensamientos: Nano-MIND podría hacerlo posible. Podría allanar el camino a BCI (interfaces cerebro-ordenador) más sofisticadas que permitan una comunicación fluida entre el cerebro y los ordenadores (muy similar a las interfaces que se están utilizando en Neuralink).

Al regular con precisión la actividad cerebral, la Nano-MIND podría ofrecer nuevos tratamientos para afecciones como la enfermedad de Parkinson o la depresión, entre otras. Los investigadores han utilizado con éxito el Nano-MIND para influir en los comportamientos maternales de ratones. La misma técnica también reguló los hábitos alimentarios en ratones: la activación de neuronas inhibidoras en el hipotálamo duplicó su apetito, mientras que la activación de neuronas excitadoras lo redujo en más de un 50%. Puede que los ensayos en humanos estén muy lejos, pero el potencial de la tecnología para modular funciones cerebrales complejas es igualmente inmenso: por ejemplo, sólo el Parkinson ha sido responsable de 479.059 muertes entre 1999 y 2019 sólo en Estados Unidos.

Cada día se publican muchos trabajos de investigación, pero Nano-MIND destaca especialmente porque también se utilizará como estudio para la I+D en neurociencia y terapias relacionadas con el cerebro, lo que, seamos sinceros, siempre es algo bueno de esperar.