La tecnología portátil recibe un impulso con los nuevos generadores de energía basados en papel

Alimentación de wearables ha sido durante mucho tiempo un reto debido a la dependencia de baterías voluminosas y de corta duración. Por este motivo, investigadores de SUNY Binghamton han desarrollado un nuevo generador húmedo-eléctrico a base de papel específico para la electrónica ponible desechable. Aborda el reto de integrar fuentes de energía sostenibles en los wearables de corta duración, que a menudo se ven obstaculizados por pilas voluminosas y perjudiciales para el medio ambiente. Este generador aprovecha la humedad ambiental para producir energía continua, lo que elimina la necesidad de recargarlo o sustituirlo con frecuencia.

El dispositivo cuenta con un sustrato de papel biodegradable infundido con biopelículas de endosporas bacterianas https://www.sciencedirect.com/topics/agricultural-and-biological-sciences/endospore#:~:text=Studying%20the%20biofilm%20formation%20process,abilities%2C%20and%2For%20mechanisms.. Estas biopelículas crean gradientes de grupos funcionales y estructuras nanoporosas, que mejoran la captura de humedad y la generación de iones, componentes clave para la producción sostenida de electricidad. Para optimizar aún más el rendimiento, el generador incluye una capa de papel Janus hidrófobo-hidrófilo que captura la humedad ambiental y la dirige eficazmente al generador. Este diseño garantiza una producción de energía constante, incluso en entornos de baja humedad.

El diseño ligero, flexible y ecológico del generador le permite mantener un rendimiento estable en diversas condiciones, incluidas la flexión y el desgaste prolongado. Su escalabilidad lo hace apto para la producción en serie, ofreciendo una solución rentable para los dispositivos de diagnóstico y control sanitario. Además, su naturaleza desechable minimiza el impacto medioambiental, lo que aborda el creciente problema de los residuos electrónicos.

La aplicación de esta tecnología en la monitorización sanitaria en tiempo real podría revolucionar la medicina personalizada, haciéndola más accesible y, lo que es más importante, respetuosa con el medio ambiente