Ladrillos LEGO construidos con polvo de meteorito, prueba para una base lunar

Resulta difícil imaginar que los materiales de construcción de una base lunar prevista deban transportarse primero al satélite terrestre con un gran coste. Después de todo, cada kilo cuenta cuando se lanza desde la superficie terrestre.

El problema es el regolito lunar, una colorida mezcla de diversos óxidos metálicos que sólo está disponible en forma de polvo fino. Para probar cómo puede utilizarse este material, los investigadores de la ESA han molido un meteorito de 4.500 millones de años hasta convertirlo en polvo comparable.

Con la ayuda de un material compuesto adicional y una impresora 3D, se formaron con él bloques de construcción que siguen el modelo del conocido ladrillo LEGO, pero hechos de polvo de meteorito y no de plástico.

También se ha adoptado la mayor ventaja de los pequeños ladrillos. Se pueden encajar entre sí como sus homólogos terrestres. Esto permite una construcción rápida y sin complicaciones para explorar las posibilidades del material.

Después de todo, la flexibilidad y durabilidad de los ladrillos son bien conocidas. Los ingenieros y científicos de la ESA disponen ahora de suficiente material visual para considerar estrategias adecuadas para la construcción de una base funcional y estable en la Luna.

Ya hubo planes para ello en los años setenta y ochenta. La NASA y SpaceX planean actualmente una base permanente para después de 2030 con el fin de poder lanzar desde allí a Marte con mayor facilidad y, sobre todo, a mayor velocidad de lanzamiento.

También allí podrían imprimirse bloques de construcción a partir del polvo. Hasta entonces, algunos de los ladrillos LEGO de la ESA procedentes del espacio pueden verse en determinadas tiendas LEGO.