Los costes de las baterías de los vehículos eléctricos se reducirán a la mitad en 2026, según Goldman Sachs

La investigación de Goldman Sachs afirma que el coste de las baterías para vehículos eléctricos (VE) va a descender significativamente, lo que podría revolucionar la industria automovilística. Esperan que el precio medio caiga de 149 dólares por kilovatio-hora (kWh) en 2023 a unos 80 dólares/kWh en 2026. Es una caída enorme, de casi el 50%.

Hay dos grandes razones para ello:

• Los avances tecnológicos: Las baterías más nuevas contienen un 30% más de energía y cuestan menos. Además, innovaciones notables como la tecnología cell-to-pack simplifican la producción y aumentan la capacidad energética.
• Caída de los precios de los metales verdes: El precio de metales clave como el litio y el cobalto, que suponen alrededor del 60 por ciento del coste de las baterías, está bajando. Estos metales aumentaron de precio entre 2020 y 2023, pero ahora están a la baja.

El mercado de las baterías para VE sigue dominado por las químicas basadas en el litio:

• Baterías a base de níquel: ~60 por ciento de cuota de mercado
• Baterías de ferrofosfato de litio (LFP): 35-40 por ciento de cuota de mercado
• Baterías de iones de sodio: Tecnología emergente con producción actual limitada

Mientras que baterías de estado sólido se preveía inicialmente que perturbarían el mercado, su desarrollo se ha retrasado. En consecuencia, se espera que las tecnologías existentes basadas en el litio refuercen su posición, y se prevé que las baterías LFP aumenten su cuota de mercado hasta el 45% en 2025.

La industria de las baterías también presenta importantes barreras de entrada:

• Ciclo de desarrollo prolongado: más de 10 años desde la I+D hasta la producción
• Experiencia en la fabricación: Lograr una producción rentable y de alta calidad a escala
• Escasez de mano de obra cualificada

Debido a estos retos, un puñado de empresas domina el mercado: unas cinco controlan aproximadamente el 80% del mismo. Esto dificulta la entrada de nuevos actores, sobre todo teniendo en cuenta que la industria está en recesión.

Goldman Sachs cree que para 2026, el coste total de poseer un VE será aproximadamente el mismo que el de poseer un coche de gasolina normal en lugares como EE UU.

Aunque el apoyo normativo puede impulsar la adopción de VE a corto plazo, sobre todo en 2025, se espera que en 2026 comience una fase de adopción impulsada por los consumidores, a medida que las ventajas económicas de los VE se hagan más evidentes.