Los esfuerzos por archivar juegos reciben un duro golpe con la denegación de la exención de derechos de autor de la DMCA en EE.UU

La Fundación para la Historia de los Videojuegos ha estado trabajando con la Red de Preservación del Software para añadir una excepción a las normas de la DMCA, que permitiría a las bibliotecas eludir o romper la protección anticopia de los juegos con el fin de ponerlos a disposición de los investigadores. Esta semana, la solicitud de la VGHF fue denegada oficialmente por la Oficina de Derechos de Autor de EE.UU.

La Oficina de Derechos de Autor de EE.UU. dio a conocer la denegación en su Norma Final tras el informe del procedimiento de reglamentación trienal [PDF], y la decisión se redujo en última instancia a argumentos de uso justo, lo que ejemplifica potencialmente el desequilibrio de poder en el sistema de economía de los derechos de autor de los medios de comunicación en su estado actual.

La exención por la que ha estado luchando la organización debía utilizarse exclusivamente con fines de archivo e investigación y sólo se aplicaría a los juegos agotados.

Las recomendaciones del Copyright Office Regsiter describen las exenciones propuestas como:

Las Clases 6(a) y 6(b) propuestas modificarían las exenciones existentes que permiten a bibliotecas, archivos y museos eludir las medidas tecnológicas de protección en programas informáticos y videojuegos, respectivamente, con fines de actividades de preservación. La enmienda propuesta a la clase 6(a) eliminaría la limitación de que un programa informático preservado debe ser accesible a un solo usuario a la vez (la "limitación de un solo usuario"). Los peticionarios solicitaron una aclaración de la limitación de usuario único, argumentando que actualmente está abierta a dos interpretaciones diferentes. Según ellos, la exención existente podría interpretarse en el sentido de que permite que varios usuarios accedan a la vez a copias eludidas, siempre que el número de usuarios no supere el número de copias que posee la institución; o en el sentido de que sólo un usuario a la vez puede acceder a una copia de la obra eludida, independientemente del número de copias que posea la institución. La clase 6(b) propuesta también eliminaría la limitación de la exención actual de que un videojuego no debe distribuirse o ponerse a disposición fuera de los locales físicos de la institución (la "limitación de los locales").

Los proponentes argumentaron que los investigadores podrían hacer usos no infractores de la exención incluso si se eliminaran la limitación de usuario único y la limitación de los locales. Esta postura se basaba en parte en su opinión de que los usos propuestos serían transformativos y no afectarían al mercado potencial o al valor de las obras protegidas por derechos de autor porque sólo las obras que ya no estuvieran razonablemente disponibles en el mercado comercial estarían sujetas a la exención

Finalmente, la exención fue denegada, con las recomendaciones de The Register citando las explicaciones de DVD CCA (DVD Copy Control Association), AACS LA (Advanced Access Content Systems Licensing Administrator), y Joint Creators I ( que permitir este tipo de exención causaría daños en el mercado y llevaría a un uso fuera de las directrices generales de uso justo. En lenguaje llano, ampliar la exención permitiría que más de un usuario accediera a la misma copia de un juego desde una biblioteca y permitiría el acceso virtual y fuera de las instalaciones del material.

En su declaración sobre la decisión, la Video Game History Foundation argumenta que esta estricta protección de los juegos descatalogados simplemente obligará a los investigadores e historiadores a recurrir a "métodos extralegales" para acceder al contenido, aludiendo probablemente a la piratería y a la vulneración ilegal de las protecciones de los derechos de autor.

Sitios como Archive.org ya cuentan con amplias bibliotecas de programas, y es probable que esta decisión tenga implicaciones para proyectos de archivo similares. La decisión también llega tras una reciente oleada de represión de los derechos de autor por parte de Nintendo, que en última instancia condujo al colapso o a la voluntaria muerte de los emuladores Yuzu y Ryujinx.

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