Ropa inteligente: la fibra programable cambia de tejido pulsando un botón
Suena como la antítesis de la moda rápida y de todas las tendencias que pretenden que la ropa cambie más y más rápido: un equipo interdisciplinar del MIT ha presentado una fibra que se adapta a las condiciones ambientales.
Puede contraerse a bajas temperaturas para hacer una chaqueta más densa y aislante. Cuando hace más calor, vuelve a expandirse hasta que el tejido queda suelto. Se dice que, una vez programada, no necesita componentes electrónicos ni otro tipo de hardware.
En el mejor de los casos, la chaqueta, el abrigo o el jersey siempre se ajustarán correctamente, incluso tras un ayuno de intervalos. Y son tan cálidos en un día de primavera como cuando llega el invierno.
Bastante práctico
Sin embargo, no sólo se hace hincapié en el hecho de que no se necesita más tecnología o en que también se puede utilizar la electricidad como estímulo desencadenante -lo que entonces sí requiere más tecnología-, sino que la ropa se puede ajustar pulsando un botón.
El objetivo era desarrollar un material que pudiera cambiar silenciosamente y sin desgaste significativo. El resultado son cristales líquidos incorporados a una red de elastómeros.
Dependiendo de la composición, se puede definir con precisión el rango de temperatura que provoca una reacción o el tipo de cambio en el material. Y el hecho de que los cristales líquidos puedan cambiar mediante corrientes eléctricas mínimas puede verse cada día en el radio despertador digital o en la pantalla del ordenador.
Y eso no es todo en cuanto a las propiedades positivas: se dice que incluso el proceso de producción es comparativamente poco problemático. La mezcla de materiales puede ensamblarse en un proceso similar al de una impresora 3D con resina. Actualmente, se cotiza a 20 céntimos el metro de hilo.
Así que parece bastante concebible que en algún momento nos encontremos con esta fibra en chaquetas, capuchas o un wearable inteligente, controlado por smartphone, la temperatura del aire o desencadenantes totalmente diferentes. La moda del avance real debería ser un poco más elegante que los ejemplos presentados actualmente por los investigadores del MIT.
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