El anuncio hizo subir las acciones de Rovio más de un 18% en las primeras operaciones en Europa. Sin embargo, el acuerdo parece haber creado el efecto contrario para Sega; las acciones de la empresa de juegos cayeron un 4,2% después de que Sega revelara que estaba considerando la compra. Los analistas criticaron la operación, afirmando que la marca Angry Birds ha perdido popularidad en la última década.
En abril del año pasado, Rovio celebró 5.000 millones de descargas en todo su catálogo de juegos. El propio Angry Birds alcanzó los 1.000 millones de descargas en 2012, aunque la serie ha disminuido desde entonces. Columbia Pictures produjo una película de Angry Birds en 2016, que recaudó 352,3 millones de dólares en las taquillas de Estados Unidos con un presupuesto de 73 millones. Su secuela tuvo un presupuesto similar de 65 millones de dólares, pero solo logró 152,8 millones en taquilla.
Se espera que la compra se cierre a finales de septiembre.