Un nuevo combustible fabricado a partir de amoníaco impulsará la descarbonización del sector del transporte

El amoníaco es un combustible prometedor por sus bajas emisiones y su facilidad de transporte y almacenamiento. Sin embargo, el proceso de craqueo del amoníaco en hidrógeno y nitrógeno consume mucha energía.

El sector del transporte es responsable de cerca del 15% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Alcanzar la neutralidad climática en 2050 requiere la descarbonización completa de vehículos como camiones y autobuses. Aunque las baterías de los vehículos eléctricos reducen las emisiones de CO2, no pueden almacenar suficiente energía para los viajes de larga distancia de los portacontenedores o los vehículos pesados.

El "craqueo" del amoníaco

Young Suk Jo, "Innovador menor de 35 años 2023" de MIT Technology Review y cofundador de la start-up Amogyha desarrollado un método para utilizar el amoníaco como combustible. A pesar de su prevalencia en la industria de los fertilizantes, el amoníaco ha demostrado ser una formidable fuente de energía con una densidad energética tres veces superior a la del hidrógeno comprimido.

El proceso implica un reactor que descompone el amoníaco en nitrógeno e hidrógeno. El hidrógeno generado puede utilizarse en una pila de combustible para producir electricidad. Aunque el craqueo del amoníaco no es nuevo, la startup ha desarrollado una tecnología novedosa que hace que el proceso sea más eficaz y rentable.

El catalizador químico desarrollado por Amogy permite una reacción a baja temperatura, por lo que es adecuado para realizarla en vehículos sin dañar sus componentes. Además, el equipo de investigación diseñó un reactor más eficiente que puede convertir aproximadamente el 40% de la energía del amoníaco en electricidad, un aumento notable respecto al proceso estándar actual.

Pruebas en los primeros vehículos

La empresa probó por primera vez el nuevo combustible en un dron en 2021. Este año, hicieron funcionar un camión con combustible de amoníaco con un consumo de 300 kW. John Heywood, profesor jubilado de ingeniería mecánica del MIT y asesor de Jo, afirmó que los avances en los vehículos de demostración son notablemente rápidos. El sistema de amoníaco se instalará en un remolcador a finales de año.

Sin embargo, para construir una red de transporte respetuosa con el clima, deben establecerse rápidamente procesos que produzcan amoníaco utilizando electricidad procedente de fuentes de energía renovables. Esto es necesario porque la producción actual depende predominantemente de los combustibles fósiles.