Una batería de fibra de carbono podría aumentar la autonomía de los vehículos eléctricos en un 70

La densidad energética de la batería, presentada en la Universidad Tecnológica Chalmers de Gotemburgo (Suecia), no es realmente impresionante. Los investigadores han logrado un valor de algo menos de 33,4 vatios hora por kilogramo. Esto corresponde a sólo un tercio de una batería convencional de iones de litio.

Sin embargo, la longevidad sí que está a la altura de la competencia. Después de 1.000 cargas, la eficiencia energética del diseño seguía estando cerca del valor inicial

Además, en las pruebas de estrés también se comprobó algo completamente diferente. Después de todo, la batería está hecha de un compuesto de fibra de carbono. El ánodo está hecho de fibras de carbono prístinas. El cátodo está hecho de fibras de carbono recubiertas con fosfato de hierro y litio.

La estabilidad marca la diferencia

Esto confiere a toda la pila una enorme resistencia de principio a fin, que los investigadores comparan con la estabilidad del aluminio de forma similar. La pila de fibra de carbono no sólo sirve para almacenar energía, sino que también puede utilizarse como parte de la estructura general.

Esto explica también el salto potencial en la autonomía de los coches eléctricos equipados con ella. Si se pueden diseñar suficientes piezas portantes como una batería de fibra de carbono, al menos no aumentará el peso del propio vehículo.

Además, los coches eléctricos podrían construirse más ligeros en general utilizando este principio. Lo mismo puede decirse de los teléfonos inteligentes y los ordenadores portátiles. En lugar de un armazón de aluminio o plástico, la batería sería el elemento portante.

Hay que reconocerlo: La densidad energética aún tiene que aumentar. Incluso el peso total de un coche típico con motor de combustión de 1.400 kilogramos (3.000 libras) sólo daría lugar actualmente a una capacidad de 47 kilovatios hora, que muchos VE ya superan.