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Una nanofibra genera electricidad con el calor corporal: la ropa como estación de carga

Sólo unas pocas fibras de nanómetros de grosor pueden generar juntas cantidades practicables de electricidad.
Sólo unas pocas fibras de nanómetros de grosor pueden generar juntas cantidades practicables de electricidad.
También una fuente de energía renovable: las fibras utilizadas generan suficiente electricidad a partir de la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior de la chaqueta como para cargar un smartphone o un smartwatch. Aún es teoría, pero la fibra ya funciona.

Los termómetros digitales funcionan así, al igual que las baterías isotópicas para sondas espaciales. Pero obtener una potencia significativa sólo a partir del calor corporal es algo nuevo. El efecto Seebeck puede convertir las diferencias de temperatura en una tensión, hasta ahora bastante lenta.

Este voltaje se utiliza para generar un flujo de corriente que, si se conmuta adecuadamente, podría cargar todo tipo de dispositivos portátiles. El único problema crucial es que también se sigue produciendo transferencia de calor. Como resultado, las cantidades de electricidad son tan bajas que no tienen ninguna utilidad práctica. O al menos ése ha sido el caso hasta ahora.

De acuerdo: La NASA está construyendo baterías con isótopos altamente radiactivos, como el plutonio-238, pero éstos tienen entonces diferencias de temperatura significativamente mayores entre el isótopo radiante del interior y el frío del espacio.

Gracias a un nanotubo de fibra de carbono de sólo 8 nanómetros de grosor (un pelo tiene unas 10.000 veces ese grosor), el efecto debería poder utilizarse pronto en su propia piel. Según el estudio realizado por el NAIST en Japón, la potencia de salida podría multiplicarse varias veces en comparación con los métodos anteriores.

Al mismo tiempo, ha sido posible mantener la conducción del calor aproximadamente al mismo nivel que en experimentos anteriores. Esto se debe a que si el calor se transportara entre las fibras, la diferencia de temperatura disminuiría y reduciría significativamente la generación de energía.

Sin embargo, la nanofibra sigue alcanzando 242 microwatios por metro y por grado de diferencia de temperatura al cuadrado. Cuanto mayor sea la distancia entre lo caliente y lo frío, mayor será la potencia disponible.

Si se pudiera aprovechar una diferencia de 10 grados Kelvin, sólo se necesitarían unos 50 metros (160 pies) de la fibra para lograr un vatio entero. Y con 5 vatios ya se podrían cargar la mayoría de los dispositivos portátiles, aunque no con rapidez.

Dado el grosor mínimo de los nanotubos, tal cantidad apenas se notaría en la mayoría de las prendas de vestir - el puerto de carga, quizá. La producción también se ha optimizado ya, y el tiempo necesario se ha reducido a una octava parte del método anterior. No pasará mucho tiempo antes de que la sudadera con capucha pueda cargar su smartphone o suministrar descargas eléctricas, probablemente.

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Mario Petzold, 2024-06- 2 (Update: 2024-06- 2)