Una nueva trampa de energía oscura podría confirmar la teoría de la materia oscura

El esfuerzo necesario para capturar algo que en realidad es intangible es, cuando menos, considerable. Se utiliza un sistema de vacío especialmente diseñado para generar una temperatura cercana al cero absoluto en una sala sin aire.

Los átomos de litio colocados allí se enfrían a -273 °C (-459 °F) mediante láser. Entonces quedarán menos de dos décimas de grado antes de que se alcance la inmovilidad total.

Es precisamente en estas condiciones cuando la energía oscura debería -teóricamente- también solidificarse. En realidad se trata de las paredes del dominio oscuro, que están acopladas a un campo escalar. Los valores energéticos y las influencias mutuas están relacionados con ello.

A su vez, estas paredes separan entre sí zonas de orientaciones energéticas diferentes, por lo que es importante que se solidifiquen en el vacío y a una temperatura mínima. Se compara con la congelación del agua. Las partículas caóticas se ordenan en cristales.

Pero allí donde cambia la orientación de las moléculas, aparecen pequeños defectos. Éstos se hacen visibles a través de la refracción de la luz. Y así es exactamente como debe hacerse visible la materia oscura. Las paredes de los dominios son las zonas donde se encuentran los defectos.

Todo lo que se necesita entonces es una nube de átomos ultrafríos, que se hace pasar a través de estas "paredes oscuras" en el interior de la trampa. Si el experimento tiene éxito, esta nube de átomos se desvía. Esto proporcionaría pruebas de que la materia y la energía oscuras pueden medirse en condiciones extremas.

Por supuesto, el experimento y todo el diseño del montaje experimental se basan en la suposición teórica de la existencia de paredes de dominio oscuro, que también pueden controlarse. Si la desviación tiene éxito, la teoría habrá ganado enormemente en importancia. Si la prueba, que debe presentarse en el plazo de un año, no tiene éxito, la siguiente teoría tendrá que tomar el relevo.