Análisis de Company of Heroes 3: Pruebas de portátiles y ordenadores de sobremesa

Digámoslo de una vez: no entendemos muy bien por qué Company of Heroes 3 ha recibido críticas tan positivas por parte de la prensa. En primer lugar, los controles siguen siendo algo toscos (además, sólo se puede alejar un poco); en segundo lugar, los gráficos del juego parecen bastante anticuados, aburridos y estériles.

Desde el punto de vista técnico, el juego no ha cambiado mucho respecto a su predecesor de casi 10 años (los objetos son a veces angulosos, las texturas parecen bastante sosas, etc.). Lo único positivo a destacar es la detallada física de destrucción. Por ejemplo, tras ser alcanzadas por proyectiles pesados, las casas empiezan a perder partes individuales antes de quedar reducidas a escombros. Esto es visualmente bastante impresionante. No obstante, podríamos describir los gráficos como simplemente adecuados, lo cual es decepcionante, pero bastante aceptable para un juego de estrategia con muchas tácticas.

El menú de gráficos también es relativamente modesto. La sección superior permite cambiar el modo de visualización, la resolución, el límite de fotogramas, el brillo, la escala y VSync, mientras que la inferior sólo ofrece seis opciones de rendimiento y calidad. No nos molesta demasiado la falta de preajustes porque sólo hay un puñado de opciones disponibles.

Una cosa molesta es que algunos cambios te obligan a reiniciar el juego, pero al menos los vídeos de introducción se pueden saltar. También es una pena que el juego te impida automáticamente seleccionar nada por encima de un determinado nivel de detalle de texturas en función de la cantidad de (V)RAM de tu sistema.

Nos gusta el banco de pruebas integrado en Company of Heroes 3. Aunque la secuencia utilizada en la prueba es bastante larga, de un minuto y medio, la partida de la IA presenta escaramuzas entre varias unidades a pie y vehículos (la secuencia exacta cambia de una prueba a otra) y es una representación bastante buena de una partida real.